miércoles, 30 de mayo de 2012

EL JOVEN "MENDIGO" Y LA ARAÑITA "TEJEDORA"


EL JOVEN "MENDIGO"  Y LA ARAÑITA "TEJEDORA"


Juan era un joven ¡muy humilde! vestía camisas con grandes remiendos, pantalones desteñidos y rasgados en las rodillas de lo viejo que eran, zapatos rotos por donde asomaban sus dedos pues se los regalaba la gente cuando ya no les servían, pero como Juan era un!agradecido de la vida! se alegraba de que los demás se acordaran de El obsequiándolos.
  Se lo veía prolijo e impecable por lo limpia que estaba su ropa, al igual que la hermosa cabellera  negra que resaltaba su rostro varonil ¡cual caballero de la corte real! A pesar de ser tan pobre se sentía ¡feliz! viviendo en medio del bosque en la rustica choza construida por gruesos troncos en la que se refugiaba  solo en las noches, pues durante el dia lo hacia a orillas del pequeño lago donde las aguas saltarinas bajaban de una enorme cascada; disfrutaba del sonido del viento silbando entre los árboles y el dulce canto de las aves de plumajes  multicolores.
Sentado sobre la verde  hierba, pasaba horas y horas junto a la compañía de un pequeño insecto a quien llamaba“la arañita tejedora,’pues tejía y tejía sin cesar extensas telarañas donde atrapaba bichitos que saciarían su apetito; Juan era un fiel admirador de sus tejidos ¡tanto! que comprometió a esta a tejer el ¡traje de novia! que un dia vestiría la mujer de sus sueños.
Asi transcurría dia a dia la vida de este joven, hasta que en una tarde soleada y fresca deja de oírse el canto de las aves … el soplido del viento… el sonido del caer de las aguas desde las altas cumbres, se produce un silencio total, de pronto ¡se escucha! el trotar de caballos y una gruesa voz gritando a los cuatro vientos...!Por mandato de su majestad el rey David, se ordena!:

”MANANA LA PRINCESA DIANA SE CASARA CON AQUEL CABALLERO QUE CONQUISTE SU CORAZON, OFRECIENDOLE EL REGALO MAS HERMOSO Y VALIOSO QUE ELLA HUBIERA RECIBIDO  DURANTE SUS 20 ANOS DE VIDA’’
Al oír estas palabras, Juan queda paralizado, mudo, empalidece y tomándose el pecho  sollozando exclama: a partir de mañana ‘’LOS SUENOS QUE GUARO EN EL CORAZON SE ¡BORRARAN  PARA SIEMPRE! CON LA MISMA RAPIDEZ EN QUE  ¡SE BORRA  CON LA MANO, LO ESCRITO CON LA TIZA!

Ante esta reflexión, la arañita, testigo fiel del ¡inmenso amor! de Juan hacia la princesa Diana y ver el dolor que su amigo de todos los días, estaba padeciendo ¡toma una decisión! deja de  lado su tejido, apresurada sube hasta los rotos zapatos de Juan, tratando de no pisarle los dedos que salían afuera del agujero de estos por ¡temor a picarlo sin querer! se enreda por los hilos que penden del rotoso pantalón,y tras un gran esfuerzo ¡por fin! llega a ubicarse en el bolsillo de la descolorida camisa y desde allí, llama la atención del joven que estaba en un valle de lagrimas, ausente del mundo que lo rodeaba.
¡Tú serás quien se espose con ella!Tu regalo será el mas bello de todos.- dijo la arañita-
¡Comenzaremos a prepararlo ya!
Juan ¡no entendía nada! ¡Estaba aturdido! pero al ver con la firmeza que la arañita
Tejedora le hablaba, acepto la propuesta sin saber siquiera de que se trataba pero seguro que la idea de su compañera ¡daría resultado! ¡no había tiempo de perder! pues la noche ya se aproximaba y tras ella llegaría ¡aquel dia!
Tendrás como misión bajar una a una las estrellas del cielo-ordeno la arañita- mientras yo las. tejeré en la telaraña y las gotas del roció que caigan sobre ella harán que bajo los  dorados rayos del sol !brillen! titilando como luciérnagas en la noche.
…una a una las  horas fueron pasando, la noche lentamente corría el negro telón para dar  paso a la tenue luz del amanecer donde la esfera dorada en el horizonte anunciaba la llegada del nuevo dia y con el, la presencia de  Juan y la arañita ¡agotados! tras pasar la noche entera sin dormir, preparando aquel ¡regalo! que quizás conquistaría !el corazón! de la princesa Diana.
¡El dia había llegado! lo anunciaba el trotar de caballos con los jinetes yendo hacia un mismo destino ¡el palacio!; miles se acercaron portando valiosos obsequios, joyas, piedras preciosas, diamantes, esmeraldas, pieles, trofeos de oro y plata…pero nada parecía convencer a la princesa, que con indiferencia y fastidio no emitía respuesta alguna, solo negaba con su cabeza y asi lo hizo hasta la presencia del ultimo caballero que estaba en la lista de los posibles esposos de Ella.
¡De pronto! alguien es empujado hacia la sala, trastabilla y cae, a la vez se escuchan gritos como vagabundo, pordiosero ¡vete! ¡tú no puedes estar aca!
Sosteniendo algo entre sus manos Juan que ha caído  sobre la alfombra roja a los pies de la princesa, intenta incorporarse ¡pero no puede! La princesa se apiada de El y olvidando el protocolo  extiende su mano y lo invita  ponerse de pie.
-¡Levántate!-ordena la princesa- ¿Quien eres y que buscas  en el palacio?-
Balbuceando entrecortado y  con vergüenza, El responde:
-Me llamo Juan… he venido en busca de tu corazón, tus súbditos tienen razón ¡solo soy un mendigo como ellos me llaman! ¡no debí haber venido!
Diciendo esto gira su cuerpo con la intención de marcharse, pero la dulce voz de la princesa lo detiene :
-¡Jamás me he valido de las apariencias para juzgar a las personas!-dice la princesa -
-Recuérdalo  siempre ¡No todo lo que brilla es oro!
Mientras tanto la arañita tejedora que no quería perderse la reunión fue escondida en el bolsillo de Juan y al oír esas palabras tan lindas de Diana y al notar que Juan estaba como atontado le aplico un ¡pinchazo en el pecho! haciéndolo reaccionar y fue cuando recordó  ¡a que había ido al palacio!                    
Una suave melodía llega a sus oídos y oye una calida voz que endulzando  sus oídos es como una caricia  a su alma y a su triste corazón que comienza a latir enloquecido.
-¿Cuál es tu obsequio?- pregunto la princesa-
El joven tildado ‘’mendigo’’por los voceros del rey, extiende con timidez aquel regalo que con ¡tanto amor y empeño! había preparado con su compañera la arañita tejedora y al instante como por ¡arte de magia! un gran resplandor parte de aquel obsequio haciendo brillar aun mas las estrellas entrelazadas en la tela arana y transformando a esta en ¡una hermosa mantilla de hilos de cristal!
Iluminado por una fuerza interior y atraído por tanta belleza, deja de lado su timidez e inclinándose con cortesía, se acerca a la princesa colocando sobre la cabeza de esta aquel frágil e insignificante regalo para los demás, ¡la mantilla! que delicadamente  realzaba aquel rostro que en un instante dejo caer de el esa mascara con ojos tristes y sonrisa desdibujada por el dolor, y dejar al descubierto ese otro rostro iluminado de felicidad y de alegría.
Los ojos de Diana brillaban como nunca, su boca sonreía y los labios enmudecidos hasta ese instante se abrieron
-¡Padre mió!-exclamo la princesa- ¡Soy feliz! Tomare a Juan por esposo, su obsequio es para mi el mas bello, el mas valedero. ¡EL UNICO! !EL MEJOR!
A partir de ese instante Juan lucio las mejores prendas de vestir, vivió en el palacio  junto a la persona que tanto había amado en silencio.
El tiempo fue pasando entre lujos y placeres, pero ni la riqueza, ni el poder, cambiaron los sentimientos de Juan, quien siguió compartiendo las tardes con su amiga la arana tejedora que ahora vive en el jardín del palacio junto a El y la princesa Diana, tejiendo mantillas  para todas las doncellas de la corte real  disfrutando y todos de una inmensa felicidad.

F I N